Imagen: Claude Monet, Ninfeas, 1908
Ella me contaba de un País
hecho de viento,
de arena y de locuras.
No sabía dibujar,
no escuchaba sonidos.
Pero sí, respiraba polen
y renacía.
Es que te fuiste sin decirme tu nombre
y tu perfil se esfuma lentamente en la
lluvia.
Quizás fuiste el recuerdo de un deseo.
La lluvia te ponía feliz, lo vi en tus pasos.
Sonreías con la boca inmóvil, sólo con
tus ojos de ámbar y miel.
De arena mojada.
Calma.
Saber de vos me hace sentir
un punto más en la niebla.
Y es un consuelo saberte, tenerte.
Te necesita cada gránulo de mi paciencia
para creer un poco, para creerme ahora.
Llueve barro.
He esparcido tus semillas despacio y
a cada latido le regalo tu silencio,
a cada respiro del mundo,
mi secreto.
Hoja de ternura.
Sé que un día,
en un sin tiempo lejano,
el universo abrirá su entrada
a una tierra sin alma.
Y justo ahí,
donde confluyen los mares ,
estarás vos cuidando
mi promesa.
Clara
Clara...que he respirado todas las sensaciones posibles en tus versos...
ResponderBorrarSaludos (Pronto un haiku)
É un piacere leggere le vostre versi.
ResponderBorrarArrivederci.
Grazie Luna per risplendere nella mia " altra metá del cielo".
ResponderBorrarEs un placer tenerte acá,
un abrazo,
Clara
Tus versos, Clara, son para sentir y sentir, para viajar a ese país hecho de viento, hasta ese sin tiempo lejano.
ResponderBorrarUn abrazo
y qué importante es que alguien cuide una promesa
ResponderBorrarQue preciosidad de poema querida Clara. Suavemente he inspirado cada sílaba cada verso, cada fragancia de sentimiento que desprende tanta belleza y sensibilidad juntas.
ResponderBorrarUn beso grande.
aloe.
Maravilloso querida amiga, me impregné de ternura con tu verso, una belleza para leer y releer.
ResponderBorrarUn beso gigante poetisa!!
La sua voce, la mía voce, le nostre voci, il tempo e una successiva...
ResponderBorrarCada día llegan más profundo tus letras.
Abrazos mi querida amiga, mi dulce Clari.