Imagen : Tom Chambers "Foggy River"
Ofelia, mójate de azul en
este tiempo tan frío,
pequeña camelia blanca,
no tengas miedo.
En tu tiempo no existieron
unicornios de azúcar,
ni mis manos calidas,
ni tu voz de aurora.
Lo sé.
Pero ya se detienen tus temores,
las sombras se vuelven amores
y la memoria borra viejas lunas.
Yo te reflejo en remotos lagos,
donde nacieron tus ojos profundos
donde recorren la brisa tus pies
a pasos lentos, de miedos, de vientos.
Y bebes un rumor de terciopelo
que aprendió el idioma de mi rabia
para que no entienda, para que no duela
para que te abrace en tus ahora.
Delirio indescifrable, espumoso oído.
Niña de antiguos pasados
caíste en un tiempo tejido
con telarañas de olvido,
con tardes oscuras y verdes secretos .
Tendrías que moldear tus momentos,
Ofelia,
con calma infinita y con
albas de esfumadas lejanías,
tan cerúleas, tan tuyas.
También tendrías
que mojarte de azul
en la inmensidad, Ofelia
y respirar luz tibia de los mares,
oxigeno de mariposa,
savia de árbol milenario.
Podrías soplar tus manos
con alas transparentes y
negar el ruido, visitar el cielo
levemente,
y llenar de tus silencios
mis castillos.